¿Cómo enfrentar el desafío de la recuperación del turismo de forma sustentable?

Cuidadores de Destinos
3 min readAug 6, 2020
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En 2019, 1.460 millones de personas -4% más que el año anterior- cruzaron fronteras para visitar un destino, índice que se había mantenido por los últimos diez años. Mientras el turismo ostentaba un crecimiento ininterrumpido y se perfilaba como una de las industrias más prósperas del mundo, empezaba a ser víctima de ese aparente éxito. Se estimó y visibilizó que el 8% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero provenían de esta actividad, lo que delata su impacto global profundo. Pero también fueron evidenciados múltiples impactos locales: se comenzó a hablar de overtourism o sobreturismo, con tanta frecuencia y fuerza que la palabra fue incluida en el diccionario de Cambridge en 2019 y definida como “la situación cuando demasiadas personas visitan un lugar de vacaciones, de modo que el lugar se estropea y la vida se hace difícil para las personas que allí viven”.

Bajo el escenario actual de crisis, donde el turismo espera bajas de entre un 60 a 80% anual de los viajes según estimaciones de la UNWTO, urgen liderazgos y sinergias capaces de encaminar los esfuerzos hacia una transformación sostenible que con premura, erradique prácticas antiguas que en vez de aportar valor a los territorios, los han debilitado.

Como Cuidadores de Destinos promovemos un modelo de gestión turística que ponga en el centro el buen vivir del territorio, que priorice las necesidades y preocupaciones de los residentes, garantice oportunidades para la población local, y proteja los recursos y la biodiversidad que sostienen la forma de vida de las comunidades. Creemos que la mirada prioritaria en el visitante -su gasto y satisfacción- no solo está obsoleta, sino que es un enfoque que ha fragmentado entramados comunitarios y destruido ambientes naturales. Apuntamos -de forma situada y con matices locales- a un modelo similar al que Amsterdam está aplicando a través de la metodología “Doughnuts economics”, sistema que pone las necesidades y bienestar de sus residentes al centro, por ejemplo a través de su primera medida de limitar los apartamentos Airbnb disponibles en la icónica ciudad de los Países Bajos.

Para aproximarnos a ese horizonte, creemos que a nivel local la industria debe tomar las siguientes medidas:

  • Contar con mejores datos de medición de impacto, tanto de costos como beneficios, para conocer el aporte real de la actividad turística, que tal como lo demuestran ejemplos de éxito en el mundo, puede llegar a ser muy beneficiosa para la naturaleza humana y no humana en los territorios.
  • Aumentar y mejorar la participación ciudadana en la planificación de la actividad aplicando modelos de gobernanza que se adapten a la realidad local.
  • Construir una agenda público/privada con nuevos indicadores de éxito, donde los gremios sean capaces de representar las diversas voces de sus integrantes y no a las empresas más grandes del mercado.
  • Capacitar a toda la cadena de valor, incluyendo capacitación para la gestión de datos y mejorar la toma de decisiones a nivel local y global.
  • Promover e incorporar requisitos de sostenibilidad en las inversiones.
  • Fortalecer, desarrollar e incentivar cadenas de proveedores sostenibles, cortas, locales y robustas.

Estas medidas -para nada simples- pero que con esfuerzos mancomunados podemos conseguir, podrian ser los primeros pasos para convertir al turismo en la actividad líder que dirija a Chile hacia un futuro más amable, resiliente, conectado con sus raíces, con la sabiduría ancestral de sus pueblos originarios y con la belleza inconmensurable de su naturaleza salvaje. El turismo podría ser el puntapié inicial para que como país demos el salto que tanto anhelamos desde el extractivismo de recursos naturales a la exportación de servicios. Iniciar como país el viaje hacia un futuro sostenible, con un turismo que ponga en el centro de su gestión el buen vivir de las personas.

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Cuidadores de Destinos

Promovemos una gestión turística que ponga en el centro el buen vivir de los territorios.